| ¿Eres supersticioso en el Póquer? | |
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 “La suerte no tiene cabida en el Póquer” o “a la larga todo factor suerte tiende a desaparecer” son frases con las que nos podemos encontrar muy a menudo en una mesa de Póquer, aunque de la misma manera, muchas de estas mismas personas que proclaman a viva voz que este es un juego de habilidad, acuden a cada evento con un objeto que hace las veces de amuleto o talismán, o se quejan cuando su rival se levanta del asiento cuando están en una mano con todas las fichas en el centro de la mesa porque trae mala suerte, por citar algunos ejemplos. Sin duda prácticamente todos los aficionados a este juego se han visto en una de estas situaciones, ya sea en broma o porque realmente lo creen. ¿Cuántas veces hemos oído aquello de “una vez” o, en su versión anglosajona, “one time”? Dos palabras que son usadas en un Main Event de las WSOP el mismo número de veces que “all in”. No son pocos los jugadores que tienen alguna especie de superstición en el juego, por absurda que pueda parecer (y hay algunas realmente extrañas), y es que un torneo es cualquier cosa menos “justo”, y tratar de conseguir ventaja, aunque sea a través de estos “rituales”, se hace algo habitual en un gran torneo. La suerte en el Póquer: la oveja negra de la familia A corto plazo, la suerte es uno de los peores amigos del Póquer. Sólo hay que darse una vuelta por uno de los cientos de torneos que se juegan mensualmente en nuestro país para darse cuenta de cuán “injusta” es la vida del jugador de Póquer. Muchos estarán ya cansados de oír al compañero de turno cómo su pareja de reyes fue vencida por A2 gracias a ese as milagroso que apareció en el river. A otros les sangrarán los oídos directamente. Y todo porque la varianza juega un gran papel en este formato de juego, que a su vez es la elegida por cada vez más cantidad de aficionados, dados los suculentos premios que se crean y por el grado de entretenimiento que estos generan. Debido a este componente azaroso, no son pocos los que tratan de poner de su lado a la diosa fortuna a través de diferentes rituales u objetos, a cada cual más extraño, debido a una historia pasada o simplemente porque una vez le dio resultado y confían en que el proceso se repita en otras ocasiones. Pero, ¿qué es lo que subyace de toda esta creencia en la superstición? ¿Por qué el ser humano es tan propenso a crear tótems o atribuir cualidades a diferentes objetos inertes? Obviamente esto se puede deber a la necesidad de dar una explicación a lo desconocido, de tratar de comprender el significado de ciertas cosas que nos son imposibles comprender. Talismanes, un refuerzo psicológico Si pensáis que todas estas “formulas de buena suerte” o amuletos son pura invención y que no sirven para nada, deberíais saber que en psicología es muy frecuente su estudio, y que de una u otra manera, es usado con destacables resultados. Sin ir más lejos, el llamado “efecto Placebo” podría ser una derivación de esto. El llamado “efecto Placebo”, surge cuando un médico receta a un paciente un “poderoso” e infalible fármaco que curará las dolencias del enfermo, siendo estas en realidad unas píldoras inocuas compuestas principalmente de azúcar. El paciente, que está predispuesto psicológicamente a erradicar dicha enfermedad gracias a estas pastillas, acaba curándose en un destacable porcentaje de las veces, tan sólo con el poder que esta creencia ciega en el “fármaco” ejerce en el sujeto. Este fenómeno psico-fisiológico, tiene muchas similitudes con los distintos amuletos de la suerte, pues aunque no se trate de suerte, ya que para el paciente los fármacos son de entera validez y no interviene el azar, el efecto psicológico en ambos es muy parecido, debido a que para el poseedor de dicho talismán, este tiene un poder real, lo que hará que su grado de confianza sea mayor y por ende, asuma ciertos riesgos necesarios que de otra manera no se atrevería a correr. Los mejores también son a veces los más supersticiosos A lo largo de la historia se han dado una infinidad de casos en los que los seres humanos atribuían un sentido mágico a diferentes objetos, e incluso a representaciones pictóricas, como era el caso de las famosas pinturas rupestres, y que su realización tenía como objetivo la materialización de dichas representaciones (si aparecía un hombre cazando un búfalo, era el deseo e intención de que esa imagen se hiciera realidad). Otros más arquetípicos son los llamados escarabajos egipcios, que protegían al portador contra el mal, o en el caso de los difuntos, hacían que este gozara de vida eterna. Pero no vamos a repasar los diferentes objetos que se han llevado a lo largo de los años, sino las supersticiones y los objetos más extravagantes que podemos encontrar en una mesa de Póquer. Estos son algunos ejemplos:
Doyle Brunson también es conocido por ganar dos Campeonatos del Mundo consecutivos con una de las peores manos del Texas Hold’em, T2, lo que hizo que dicha combinación llevara su nombre, y convertirse así en la mano fetiche del jugador.
El único momento que se le puede ver sin el puro es cuando pierde un bote, momento en el que aprovecha para cambiarlo por otro nuevo. ¿Lo más curioso del caso? Que Sam Farha ni siquiera fuma.
A cada torneo que acude, se sienta con un fósil como protector de cartas, y si a eso le sumamos que en las jugadas más importantes se pone unas gafas con los ojos de un reptil en holograma, el espectáculo está garantizado. Al principio empezó como una superstición, aunque según él mismo reconoce hoy en día es más su seña de identidad que otra cosa, al igual que las gafas, cuya función principal era la de desconcertar a sus rivales en medio de la mano.
Esta es una pequeña muestra de algunos jugadores, pero hay una enorme lista que va desde pequeñas manías o fetiches, hasta supersticiones o amuletos. Incluso el considerado mejor jugador de Póquer del mundo, Phil Ivey, tiene sus pequeñas excentricidades, tales como la creencia en la mala suerte o en los comúnmente llamados “gafes”, y es especialmente supersticioso en lo referente a las apuestas deportivas.  Algunas de las rarezas más insólitas en el Póquer En general, no son pocas las extravagancias que se pueden ver en los casinos de todo el mundo, y el Póquer no iba a ser menos. Las Vegas no es sólo la Meca del Juego, es también el lugar donde se mezclan el mayor número de supersticiones y rarezas del mundo. Veamos algunas de las más curiosas: - Nunca se debe jugar con el cuatro de tréboles: Popularmente se atribuye a esta carta la peor de las suertes, y se dice que si te viene de mano, deberás foldearla sin pensarlo. El trébol de cuatro hojas siempre ha sido considerado algo muy positivo, siendo todo un catalizador de buena suerte, pero no ocurre lo mismo con el cuatro de tréboles. Por otra parte, la carta que más suerte traería de la baraja es el as de picas, y se llega a decir que si un as sale en el flop y tu tienes de mano el as de picas, la mano será tuya. - Llevar una prenda sucia ayuda a disipar la mala suerte: Se suele decir que tener una prenda sin lavar o muy vieja ayuda a contrarrestar la mala suerte más que a dar buena suerte, pero el orden de los factores no altera el sumando: nos salvaremos de perder los flips. - Tener las piernas cruzadas puede traer mala suerte: Cruzar las piernas durante la partida atrae la mala suerte, sobre todo en los momentos en los que se va all in. De la misma manera, contar las fichas cuando se está jugando también hará que se pierdan todas las ganancias. - La pareja de mano más “desafortunada” es la pareja de jotas: A pesar de que pueda parecer una buena mano de inicio (de hecho no lo parece, lo es) se suele comentar que esta mano hará que perdamos más veces a la larga. Es cierto que es una mano muy difícil de jugar, pero habría que ver lo que se queja un jugador si recibe esta mano diez veces de forma consecutiva. - Llevar algo rojo a los torneos trae buena suerte: Ir con una prenda de color rojo a una partida de Póquer traería buena suerte. Esta es una de las creencias más comunes, y son muchos los jugadores que llenan sus armarios de camisetas y sudaderas de este color a fin de mejorar sus resultados en los torneos. Incluso los Casinos no se libran de dichas supersticiones, pues el propio MGM de Las Vegas, uno de los Casinos más famosos del lugar, tuvo que rediseñar la entrada a sus instalaciones en 1998 debido a las múltiples quejas de los jugadores asiáticos, pues la anterior entrada era una boca de un león, y creían que entrar en las fauces del felino no era un buen augurio si se iba a jugar con el azar. Internet tampoco escapa de la suerte Parece que la diosa fortuna puede presenciarse en cualquier parte, e Internet no iba a ser una excepción. No son pocos los jugadores que desde sus casas también sienten la necesidad de llamar a la suerte, y las manías de algunos pueden ser aún más insólitas, debido a la nimiedad de estas, pero que podrían decantar según estos una sesión triunfal a su favor. De hecho, este tipo de manías, son mucho más comunes, y seguro que muchos os sentiréis identificados al respecto en algunos puntos: - Sitio Preferido: No sólo se trata de una cuestión de comodidad a la vista, pues muchos jugadores no sólo tienen un asiento favorito, sino un fetiche en toda regla, siendo del todo imposible convencerles de iniciar una sesión en una posición distinta. - Color de la baraja y otras opciones de mesa: Hay una infinidad de opciones de juego, y cada cual tienen sus propios defensores o detractores. A muchos les gusta jugar con una baraja roja, a otros azul. A unos les gusta tener el diseño de la pantalla de una manera y a otros, de una distinta. - El avatar: Para unos no es más que su seña de identidad, para otros, todo un amuleto contra los badbeats. Hay salas en concreto que tienen avatares prefijados que son directamente símbolos de la buena suerte. - Hole Cards: En Internet más que en vivo, se tienen cartas de mano favoritas con las que sistemáticamente se subirá esté como esté la mesa, dada la facilidad de dicha acción a través de un ordenador, al alcance de un “click”. - Salas preferidas: De hecho, hay jugadores que no sólo tienen una baraja o asiento preferido, sino que la propia sala puede ser considerada de buena o mala suerte. Hay un sinfín de rarezas online, e incluso ya no en cuanto al software, sino a música o televisión, pudiendo tener una canción repitiéndose durante prácticamente todo el transcurso del torneo o un canal favorito. El límite es la imaginación del supersticioso.  En cuanto a nuestros jugadores, ¿son supersticiosos los españoles? Hemos hablado con algunos Pros de sobra conocidos por todos y esto es lo que nos han comentado: - ¿Eres una persona supersticiosa? ¿Qué supersticiones tienes en lo que al Póquer se refiere? - ¿Cuál ha sido la manía o superstición más rara que te hayas encontrado a lo largo de tu carrera como jugador? ¿Y el amuleto o talismán que te haya llamado más la atención? - ¿Tienes tú algún talismán? - ¿Crees que es inevitable el tener algo de superstición en un juego con el grado de varianza que tiene el Póquer? Juan Manuel Pastor: - Si, alguno tengo. No me afeito afeito y utilizo la misma ropa hasta que me eliminan del torneo (obviamente, la voy lavando todos los días). - Un tío que entraba en la sala de torneos andando al revés, una cabeza reducida tipo jibaro...Humana. En Las Vegas. - Una chocolatina que llevo conmigo desde hace dos años. - Creo que es humano, aunque no racional. Manuel Labandeira: -No soy una persona supersticiosa y no tengo supersticiones en el Póquer tampoco. -La superstición más rara que me he encontrado en una mesa de Póquer creo que fue en el Main Event de las WSOP del 2006. Un jugador inglés pensaba que le daría mala suerte bañarse o cambiarse de ropa. Creo que llego hasta el día 6 y olía fatal. Los jugadores de su mesa se quejaban de que olía muy mal y él admitió que no se había bañado desde el día 2 del torneo porque no quería que le cambiase la suerte que estaba teniendo. Los responsables del torneo no sabían qué hacer pero hubo tantas quejas que creo que desde ese torneo hay una regla que permite al director de un torneo echar a alguien de un torneo si huele muy mal y molesta a los demás jugadores. -Como ya te digo no soy supersticioso, tampoco tengo ningún talismán. -¡Que va! Es totalmente evitable. Creo que es un error estar pensando en qué te da suerte y qué no, te puedes desconcentrar. Es preferible enfocarte en cosas que te ayuden a jugar mejor. Leo Margets: - Para nada soy supersticiosa, de hecho siempre me ha parecido absurdo el concepto "amuleto", darle a un objeto propiedades mágicas no es muy racional....En el Póquer, pues lo mismo que en la vida, tampoco soy supersticiosa, y me da igual en qué sitio me toque o qué crupier reparta. Partiendo de la base que creo firmemente que el Póquer es un juego de habilidad, las supersticiones quedan bastante fuera de lugar - He presenciado en más de una ocasión situaciones vergonzosas en las que un jugador carga contra el/la crupier de manera desmesurada, cruel y maleducada porque le han badbeteado...en esos momentos he sentido muchísima vergüenza ajena además de quedarme alucinada por la estupidez humana... - En las mesas el amuleto que más me ha sorprendido es la rata de plástico a tamaño real que lleva a todos los torneos el jugador francés Lucien Cohen...la rata se llama Lucy :D - No, no tengo ninguna jugada preferida preflop, tapa-cartas de la suerte, o derivado. - Sí, por supuesto, pero también creo que una vez entiendes los fundamentos reales y adquieres la mentalidad adecuada para dedicarte a esto, la racionalidad es inevitable. “Yo no soy supersticioso, que eso trae mala suerte...” El juego y la suerte siempre han ido, y continuarán yendo de la mano, y el Póquer dada su cualidad azarosa, también se encuentra dentro de este campo. Hay gente que realmente no cree en otras razones que no sean el puro azar y la estadística para dar explicación a lo acontecido en una mesa de Póquer, y de hecho muchos alegan que el supersticioso tiene una desventaja fundamental en la partida, y es que pueden llegar a tomar decisiones no del todo acertadas dada su condición, pues en la teoría puede que una jugada sea un fold claro mientras que debido a un presentimiento se opte por pagar o subir. Por otra parte, como hemos explicado, este tipo de manías en pequeñas dosis podrían llegar a ser incluso beneficiosas, pues dan al jugador la dosis de confianza necesaria para afrontar una mano complicada (como el uso de un talismán, etc.), siendo un refuerzo psicológico de gran importancia. Algo parecido sucede con las gafas de sol, pues hay ciertos jugadores que las usan por la propia seguridad que estas ofrecen, al saber que el jugador no puede saber si vas de farol, haciendo movimientos con mayor determinación y confianza. La superstición es inherente a la razón humana, y por mucha lógica que pueda intervenir en el juego, y muchos libros que se escriban sobre la estrategia adecuada a seguir en una partida, nunca faltarán amuletos en una mesa de Póquer, mientras su dueño repite incesantemente “pero y si...” En la redacción de Planet Póquer no somos especialmente supersticiosos en este asunto; pero por si acaso, tocamos madera... |
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