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Oswald Jacoby, un genio del naipe

                                                                        

                                       
Oswald Jacoby, un genio del naipe en todas sus vertientes

En esta ocasión, traemos la historia de uno de los mayores genios que hayan tocado una baraja, para quien el Póquer era uno más de sus juegos favoritos, pues la habilidad de Jacoby no se podía reducir sólo a este juego (hubiera sido un desperdicio), sino que era una auténtica personalidad en un amplio abanico de juegos.
Oswald Jacoby tenía una auténtica predilección por juegos como el Póquer, Backgammon, Gin Rummy o Bridge, siendo este último el que mayor fama le dio, pues era un ávido jugador de torneos en esta disciplina, aunque el Póquer era otra de sus grandes pasiones, comentándose que llegó a ganar fortunas jugando contra los grandes millonarios de la época, aunque su pasión no trascendió de las mesas de cash, pues su tiempo de torneos ya estaba lo suficientemente ocupado con el Bridge o el Backgammon, además de que en esa época, los torneos de Póquer todavía no habían dado ni el primer paso, y para cuando las Series Mundiales de Póquer comenzaran, el ya tendría una edad avanzada y convertirse en una figura del Póquer no entraba en sus planes principales.
Aún con todo no podemos dejar pasar la oportunidad de recordar a uno de esos jugadores que aparecen una vez cada varias décadas, y que su entendimiento del juego en general rozaba la genialidad.

Una mente maravillosa

Oswald Jacoby nació el 8 de diciembre de 1902 en Brooklyn, Nueva York, y ya desde muy pequeño empezó a dar síntomas de poseer una disposición innata para el cálculo y las matemáticas. Su cerebro no era como el de los demás niños; El pequeño Jake poseía una rapidez mental inusitada para su edad, y cualquier juego que requiriera del intelecto se convertía en su obsesión durante los escasos días que necesitaba para comprenderlo. Cuanto más difícil fuera, más le enganchaba y más tiempo quería pasar tratando de mejorar su habilidad.
A los ocho años descubriría el Póquer, el juego de cartas más común entre los americanos, y ganaría sus primeros 40 centavos con un trío de reyes. Esa mezcla de cálculo mental y excitación al apostar impresionarían al joven, hasta tal punto que no pararía de aprender nuevos juegos que le aportarán esa emoción.
Pero si algo en su vida era superior a la pasión por los juegos de habilidad mental, era su devoción por su patria. A los quince años, y con el final de la I Guerra Mundial apuntando en el horizonte, “Ozzy”, como le llamarían amistosamente más tarde, mentiría sobre su edad para poder alistarse en el ejército de los Estados Unidos, y combatir así en la guerra.
Afortunadamente, esta no se alargaría más de dos meses, pero durante ese escaso tiempo, Oswald pudo jugar al Póquer, de hecho, fue prácticamente lo único que podían hacer en ese momento, pues nunca fue llamado al frente, y la habilidad que tenía con el juego hizo que volviera a su hogar con nada menos que 2.000$ en sus bolsillos. Una enorme fortuna para un chaval de su edad.
Con ese dinero, Ozzy se pagaría sus estudios universitarios, y lo haría en la prestigiosa Universidad de Columbia, y cómo no lo haría en Matemáticas, licenciándose con tan sólo 21 años, consiguiendo ser alumno más joven en la historia de Nueva York en aprobar el examen.
La facilidad de cálculo mental de Oswald era ya famosa, y se decía que era capaz de multiplicar en segundos dos cifras de cinco dígitos cada una. Al poco de salir de la Universidad conseguiría un trabajo calculando probabilidades y haciendo estadísticas para una compañía de seguros, pero lo compaginaba con su gran pasión: Los juegos de cartas.
Oswald había conocido el Bridge, que rápidamente se convirtió en una de sus grandes pasiones, y con 23 años ya era todo un regular de High Stakes en el exclusivo Club Cavendish, un club de Bridge en el que han pasado algunas de las mayores personalidades de este juego, y al que acudían varios millonarios a jugar. Entre los jugadores que allí se reunían, se encontraba Harold Vanderbilt, el considerado como creador del Contract Bridge.
A los 28 años, Oswald ya ganaba verdaderas fortunas jugando al Póquer y al Bridge, y decidió dejar su trabajo para hacer un “gambler” Profesional. En la década siguiente, Ozzy se dedicaría a jugar en partidas de Póquer de High Stakes, mientras comenzaba su exitosa carrera como jugador de torneos de Bridge y Backgammon, siempre tratando de ganar los mayores campeonatos nacionales.
En un tiempo record, Oswald se convirtió en una figura del juego, y comenzó a escribir para revistas como Times, Life o Sports Ilustrated. En su vida llegó a escribir más de diez mil artículos, además de escribir diecisiete libros, algunos de ellos sobre Póquer.
En una ocasión, el multimillonario Haroldson Lafayette "H. L." Hunt, un magnate del petróleo aficionado al Gin Rummy, perdió 250.000$ de la época frente al también magnate Ray Ryan, tras lo cual contrató a Oswald para que le enseñara a jugar. Este momento fue un punto de inflexión para Jacoby, pues gracias a lo cual tuvo acceso a las multimillonarias partidas de Póquer entre estos magnates, y pese a que las ciegas eran altísimas y su bank no era ni por asomo tan alto, sí consiguió salir con beneficios, lo que hizo catapultar sus ingresos en cada nueva visita.



Una nueva cita con la patria

Para la década de los años 40, Oswald era toda una celebridad en el Bridge, y es que este juego gozó de una enorme popularidad entre los años 1930 y 1960, y los campeonatos se sucedían en cada estado, siendo el mejor para los ojos de cualquier jugador Oswald, quien era el líder de la clasificación por puntos de EE.UU., y se encaminaba a ser una leyenda.
Durante uno de estos campeonatos, los jugadores recibieron la triste noticia del ataque japonés a Pearl Harbor, y Oswald no lo dudó un segundo: Dejó su asiento en ese mismo instante y se encaminó a alistarse de nuevo para defender a su país. Durante el tiempo que estuvo en la guerra, Oswald y su equipo fueron de gran ayuda para descifrar los códigos secretos alemanes y japoneses, dedicando su servicio a la división de Inteligencia. Años más tarde, cuando los rusos tomarían partido en la Guerra de Corea, Oswald recibiría una llamada del ejército, comentándole que iban a necesitar un gran ordenador para la guerra. – “Comprad uno entonces”- Dijo Oswald. – “Te necesitamos a ti, Ozzy” – Contestó el militar, haciendo que dos semanas después volviera a estar de servicio trabajando en Inteligencia.
A su regreso, Oswald volvió a retomar el campeonato de Bridge, pero él ya no era el líder de la clasificación, pues su rival (aunque amigo) Charles Goren lo había superado debido a su ausencia y enía una gran ventaja. Oswald comentó un día a su compañero durante una pequeña discusión en la que su rival se jactaba de su logro que le adelantaría, y no sólo lo conseguiría sino que, siendo más concreto, lo haría “durante la primavera del 62” según sus cálculos. Dicho y hecho, poco a poco fue ganando terreno y fue justo en ese tiempo, cuando Oswald recuperaría su liderato, acrecentando su leyenda.
Además, ese año, se convertiría en el primer jugador en conseguir más de mil puntos en un solo año, y cuatro años más tarde, volvería a batir un record siendo el primero en sobrepasar los 10.000 puntos en toda su carrera (Para que os podáis hacer una idea de esto, para ser considerado Maestro en el Bridge, el mayor título posible, un jugador tiene que conseguir 300 puntos, algo que lleva años a la mayoría de los jugadores).
Jacoby nunca dejaría de jugar al Póquer, Bridge, Gin Rummy o Backgammon, siendo un virtuoso en todos ellos incluso a una avanzada edad, comentando medio en broma que cuanto más mayor se hacía, mejor jugaba (de hecho ganó el Campeonato Nacional de Backgammon tres veces seguidas de los 64 a los 67 años). El 27 de junio de 1984 acabaría perdiendo la batalla contra el cáncer, y moriría a los 81 años de edad.
 No nos cabe ninguna duda que de haberse interesado por algo más que las partidas de High Stakes de Póquer, habría llegado a ser una leyenda, al igual que con el ajedrez, juego que también dominaba, llegando a ganar en una ocasión al Campeón Nacional de Ajedrez Frank Marshall, aunque nunca se tomó en serio este juego porque “era demasiado lento para él”.


“Oswald Jacoby on Poker”

Ozzy escribiría una gran cantidad de libros en su vida sobre el juego, principalmente sobre Bridge, Póquer, Gin Rummy o Backgammon, pero también sobre matemáticas, apuestas, o diferentes juegos de cartas como Canasta.
Entre sus publicaciones de Póquer, se encuentran “Poker”, publicado en 1940, y que se centraba en las partidas caseras de Póquer, que era la forma más habitual de jugar por aquel entonces, y no estaba enfocado a la profesionalización. Este libro iba dirigido a las reglas, estrategia, probabilidades o tells más comunes, y sobre todo hablaba sobre Low Draw, Five y Seven Card Stud, Hi/Lo Split… Pero no Texas Hold’em, pues apenas se jugaba.
En 1948 escribiría “Oswald Jacoby on Poker” (sobre el que Dan Harrington haría su pequeño homenaje titulando a su libro “Harrington on Hold’em”), y uno año más tarde llegaría “Winning Poker”, los cuales se han convertido hoy por hoy prácticamente en rarezas.
 
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